viernes, 30 de marzo de 2018

2017 Centenario internacional de la narrativa brevísima y postminiboom de la minificción peruana


En el 2017 pasó casi inadvertido la celebración de los cien años de publicación Ensayos y poemas (1917) de Julio Torri, libro considerado por muchos investigadores como el germen de la minificción hispanoamericana. No obstante, ello no fue óbice para continuar con la celebración de la narrativa de corto palabraje desde diversos lugares y perspectivas, más aún si sus promotores, editores, investigadores y escritores constituyen una comunidad comprometida con la difusión de este nuevo género literario. Digo esto último para que la Academia Literaria -de aquellas facultades y/o escuelas de letras en el mundo- considere seria y otorgue el reconocimiento necesario a la investigación de esta modalidad textual.
Sin embargo, son pocas las Universidades que paulatinamente vienen girando su centro de atención y se fijan en la minificción. Así, el 09 y 10 de mayo se celebró el Giornate di Studio Internazionali “Cartografie del Microracconto. Percorsi linguistici e culturali” en la Universidad de LUMSA (Roma, Italia), organizado por Aviva Garribba, Cristiana Pugliese y Anna Isabella Squiarzina. Y, casi al finalizar el año, el 22, 23 y 24 de noviembre, se desarrolló el II Simposio Canario de Minificción “Los géneros minificcionales. Historia, teoría y práctica” (Islas Canarias, España), organizado por Darío Hernández.
En el mismo sentido, a nivel internacional se han realizado diversas presentaciones de libros y eventos literarios que permiten asegurar la vigencia y fortaleza de la minificción como género literario -más allá de su análisis estructural, que lo diferencian del cuento-, pero detallar cada uno de ellos rebasaría los límites del presente recuento literario; por ello, nos concentraremos en la minificción peruana.
Siguiendo los lineamientos esbozados en nuestros trabajos de 2015 y 2016, nos enfocaremos en los siguientes criterios: a) eventos literarios, b) libros publicados, y c) presencia de miniaturistas peruanos en el extranjero. Y, al finalizar, analizaremos los concursos de minificción realizados en nuestro país, presentaremos una adenda y nuestras consideraciones postreras.
1.- Eventos literarios
La narrativa brevísima peruana en 2017 fue homenajeada principalmente en el IV Encuentro Regional de Escritores de Minificción “Nidal de colibríes”, desarrollado en Chota (Cajamarca), la Séptima Jornada Peruana de Minificción, celebrada en el marco de la Feria Internacional de Libro de Lima, y en festivales y ferias literarias, desarrolladas a lo largo del territorio nacional.
El 29 de abril se congregaron en Chota (Cajamarca) diversos narradores de minificción para celebrar el IV Encuentro Regional de Escritores de Minificción “Nidal de colibríes”, al mando del Grupo Cultural Wayrak y bajo la dirección del narrador y poeta José López Coronado. En dicho evento se presentaron UniVersos (2016) de Lúcido Enrique Boy Palacios, Retacitos de vida (2017) de Antonio Goicochea Cruzado, y la antología Fe de ratas. La corrupción en la minificción de Cajamarca (2017) de José López Coronado. Asimismo, se desarrollaron lecturas con la participación de Carlos Campos Vásquez, Fernando Vera, Guillermo Torres Ruiz, Rosa Zoila Silva, César Mejía Lozano, Britaldo Tirado Medina, y las ponencias de Lúcido Enrique Boy Palacios y Luzman Salas.
En el marco de la Feria de Libro de San Borja, el 21 de mayo, se desarrolló la mesa redonda “El microrrelato peruano”, con las intervenciones del crítico literario Ricardo González Vigil, Rony Vásquez Guevara, Oscar Gallegos y Alberto Benza González, donde debatieron e intercambiaron ideas en torno a la presencia y vigencia de la minificción en la narrativa peruana. Como colofón de este evento se celebró un carrusel de lecturas donde participaron Maritza Iriarte, Ana María Intili, Germán Atoche, Jorge Rivera, Jomar Cristóbal, Oscar Gallegos y Lucho Zúñiga, bajo la coordinación de Rony Vásquez Guevara.
Pocos días después, en el programa radial “Letras en el tiempo” de la emisora Radioprogramas del Perú, conducido por la periodista Patricio Del Río, se entrevistaron a Alberto Benza, Ítalo Morales, Ricardo Sumalavia y Francisco Hermoza, quienes vertieron sus opiniones en torno a la minificción como modelo de escritura narrativa y su experiencia literaria con esta modalidad textual.
El primer día de junio comenzó con el conversatorio “El microcuento en el Perú”, con la participación de Alberto Benza y Jomar Cirstóbal, quienes en el marco de la II Feria Internacional de Libro “Ciudad Incontrastable” (Huancayo, Perú), disertaron sobre la minificción y su historicidad en la narrativa peruana, así como sus principales características y estrategias para escribir una historia en pocas palabras.
Los primeros días de julio se desarrolló la denominada ANTIFIL, en cuyo marco organizativo se celebró la lectura denominada “Minificción Lovercraftiana”, organizada por Editorial Cthulhu.
Durante la celebración de la Feria Internacional de Libro de Lima, dedicada a la literatura mexicana, se celebró la Séptima Jornada Peruana de Minificción, donde se rindió homenaje a los recordados Guillermo Samperio y René Avilés Fabila. En este evento se desarrollaron diversas actividades en torno a esta modalidad textual y se inició con el conversatorio “Minimalismo, multimedialidad, narratividad, fractalidad y otros principios fundamentales en la microficción”, con la participación de Ary Malaver y la investigadora mexicana Gloria Ramíez; acto seguido se presentó la ponencia “La representación del niño en el microrrelato” de Johana Herrera, con las intervenciones de Maritza Iriarte y Ary Malaver; también se desarrolló el conversatorio “La minificción y las nuevas estrategias. El caso de la revista digital FIX 100”, a cargo de Oscar Gallegos, Jorge Valenzuela y Jorge Ramos; y, el primer día finalizó con el conversatorio “Edmundo Valadés y la revista El Cuento”, con las intervenciones de los mexicanos Gloria Ramírez y Armando Alanís Pulido. El día siguiente inició con el diván de microrrelatistas del norte y la lectura de David Arce (Piura), Jomar Cristóbal (Chiclayo) e Ítalo Morales (Chimbote); luego, se produjo el conversatorio “Minificción: la novela mutante” a cargo del fabuloso y reconocido escritor mexicano Alberto Chimal y Carlos Saldívar, cultor peruano de narrativa fantástica. Posteriormente, se presentó Las musas perpetúan lo efímero. Antología de microrrelatistas mexicanas (2017) de Gloria Ramírez, con los comentarios de Rony Vásquez Guevara. Y, para finalizar esta Jornada, el mexicano Javier Perucho, uno de los mejores investigadores y críticos literarios de minificción, presentó la edición peruana de su antología Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano (2016), con los comentarios de Rony Vásquez Guevara.
Posteriormente, en el sur peruano, en la ciudad de Arequipa, se celebró el primero de septiembre el Minirecital de poesía y ficción corta, con la participación de César Belan, José Chávez-Fernández, Carlos Llaza, Juan Carlos Nalvarte y Sarko Medina Hinojosa.
Un mes después, el 27 de octubre se presentó la ponencia “El microcuento en Ancash” por el escritor Ricardo Ayllón, en el marco del XXIII Encuentro Regional de Escritores y Poetas de Ancash, celebrado en la X FELINCH (Feria de Libro de Nuevo Chimbote); y, el 29 del citado mes se desarrolló el conversatorio “La microficción en el Perú” a cargo del escritor chimbotano Ítalo Morales dentro de la Feria de Editoriales Peruanas “La Independiente”, celebrada en Juliaca (Puno).
Sin embargo, noviembre nos trajo obsequios inolvidables para la minificción peruana, pues estuvimos acompañados por las elogiadas escritoras Luisa Valenzuela (Argentina) y Pía Barros (Chile), ambas reconocidas internacionalmente por su trabajo literario. Luisa Valenzuela tuvo una constante participación en el Hay Festival Arequipa, resaltando su intervención el 11 de dicho mes en la mesa dedicada al microrrelato, donde brindó sus opiniones a lado de los escritores peruanos Katya Adaui, José Carlos Yrigoyen y Jaime Bedoya. De otra parte, Pía Barros estuvo en Lima participando del I Encuentro Latinoamericano de Animación a la Lectura, organizado por Librearte Chile y celebrado en la Casa de la Juventud Prolongada “Santa Cruz” de la Municipalidad de Miraflores; en este evento la escritora chilena presentó sus reflexiones sobre la literatura de género y su relación con la lectura.
En este mes también se desarrolló el conversatorio “El microrrelato en Latinoamérica”, con la participación de los escritores uruguayos Alfredo María Villegas y Rocío Cardenas, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Ayacucho (FILAY).
Asimismo, es menester señalar la presencia de los talleres de microrrelatos, destacándose los desarrollados por Ricardo Sumalavia durante el año, cuyo taller es el más antiguo del género en la narrativa peruana, y el taller “Sea breve” dictado por el escritor peruano-venezolano Luis Yslas.
2.- Libros publicados
La presencia de la minificción se hizo constante en diversas editoriales el 2017, apreciándose la presencia de reediciones y traducciones al italiano y portugués, así como la publicación de antologías.
No obstante, previo a señalar estos libros, otros fueron presentados a nivel nacional e internacional, pese a corresponder a ediciones de años anteriores. Así, el Año del Gallo -según el horóscopo chino- se inició en Perú con la presentación de Sueños de un índigo(2016) de Jomar Cristóbal, con la participación de Alberto Benza y César Klauer, debiéndose precisar que fue la presentación de un libro de minificción con mayor concurrencia de público jamás antes registrada en nuestro país. Asimismo, en el marco de La Independiente Feria de Editoriales Peruanas se presentó El aullar de las hormigas(2017) de Ítalo Morales, con las intervenciones de Ricardo Sumalavia y Becky Urbina; y, en el otro lado de la inconmensurable laguna, en junio, específicamente en Madrid, se presentó en la librería Vergüenza Ajena el libro 69. Antología de microrrelatos eróticos. Tomo II (2016), compilado por Carolina Cisneros, donde participaron diversas narradoras de minificción.
Afortunadamente para nuestra narrativa se reeditaron dos libros clásicos de minificción. Después de diez años, la editorial Estruendomudo apostó por la segunda edición de El aullar de las hormigas del escritor chimbotano Ítalo Morales, libro que exigía urgentemente su nueva aparición para su revaloración no solo en la narrativa brevísima peruana, sino también en nuestra literatura, ya que Morales es un escritor de gran escala en las letras actuales de la brevedad. Asimismo, catorce años después, Sieteculebras editores presentó la segunda edición de Matar al negro. 33 cuentos breves de Mario Guevara Paredes, narrador cusqueño y director de Sieteculebras. Revista andina de cultura, quien ya cultivaba estos microtextos cuando aún no eran debidamente valorados por nuestros críticos literarios. Por ello, vale nuestra invitación para leer la producción minimalista de Ítalo Morales y Mario Guevara Paredes, cultores de la más fina minificción peruana.
También el 2017 fue el año de las traducciones para la minificción peruana. Después de dos ediciones peruanas, El hombre roto (2012, 2015) de Ana María Intili fue traducido por la peruanista Giovanna Minardi al italiano, con el título de L’ uomo rotto (2017), acaso una de las primeras traducciones de un libro peruano de minificción. Asimismo, con el título O Cheiro da água (2017), a cargo de Cris Feira se tradujo al portugués el libro El olor del agua (2000) de Ricardo Vírhuez, escritor peruano finalista del primer concurso de minificción en nuestras letras, organizado en la década del noventa por El ñandú desplumado. Revista de narrativa breve, siendo necesario señalar que este libro también contiene algunos cuentos.
La inclusión de microrrelatos en libros de cuentos también puede ser considerada como un síntoma de bienestar y mayor presencia de esta modalidad textual en nuestra literatura. Así, en el cúmulo de narrativa brevísima, destacan El creador de universos(2017) de Eduardo Borrero Vargas, Los abismos ulteriores (2017) de Armando Alzamora, Aquí hay icebergs (2017) de Katya Adaui, y Presentimiento (2017) de Jaime A. Pantigoso Montes. Luego de transitar en otros géneros narrativos como el cuento y la novela, Borrero Vargas incursiona en la minificción con la publicación de El creador de universos(2017), observándose un destacado manejo de las técnicas propias de esta modalidad textual. Después de la publicación de Un perro yonqui y otras mentiras leves (2012) de Armando Alzamora, nuestro autor reincide con la publicación de algunos microrrelatos en Los abismos ulteriores (2017), que también contiene cuentos y nuevamente la micronovela “Un perro yonqui”, dejando constancia de una mejor prosa y su destreza en los avatares de la narrativa brevísima. En esa misma línea, Katya Adaui, ínclita narradora peruana y finalista del I Premio Internacional de Microrrelatos “Museo de la palabra” de 2010, después de presentarnos una diversidad de minicuentos en Algo se nos ha escapado (2011), apuesta nuevamente por esta modalidad textual en Aquí hay icebergs(2017), donde presenta la micronovela “Todo lo que tengo lo llevo conmigo” y algunas brevedades incluídas en el conjunto textual “Alaska”. Y, se contó también con Presentimiento (2017) de Jaime A. Pantigoso Montes, que contiene varios microrrelatos y cuentos, haciendo uso de la oralidad y técnicas de la narrativa brevísima.
Sin embargo, se publicaron libros exclusivos de minificción y de parte de los mejores brevísimos narradores peruanos William Guillén Padilla (Cajamarca), Alberto Benza González (Lima) y Sarko Medina Hinojosa (Arequipa). Guillén Padilla, incansable e ilimitado narrador, publicó Fitomínimos (2017) y Cien llamas en el llano. Homenaje a Juan Rulfo (2017), dejando constancia del uso de la oralidad como elemento primordial para la construcción de historias. De otra parte, Benza González, acaso nuestro mejor miniaturista, bajo el prestigioso sello editorial de Macedonia Ediciones de Argentina, publicó Hojas de otoño (2017), donde se aprecia a un narrador maduro, conocedor de las técnicas narrativa de la minificción y cuyos textos ya pueden considerarse indispensable en cualquier antología peruana o internacional de minificción. Y, finalmente, Medina Hinojosa desarrolló el proyecto literario digital titulado 365 cuentos regresivos, donde durante el 2017 fue publicando un microrrelato en la red social de Facebook, y que fue presentado en el marco de la Feria Arequipa Lee. Además, incursionando en la narrativa brevísima encontramos a Pedro López Ganvini, quien publicó El celular del diablo. Historias desde mi Smartphone 3. Los zombis que cayeron del cielo (2017), destacándose por sus ingeniosas anécdotas, su fino humor y la referencia constante a la urbanidad y la cotidianidad.
Las antologías también se hicieron presentes en el panorama de la minificción peruana de 2017. Se publicó Fe de ratas. La corrupción en la minificción cajamarquina (2017) de José López Coronado, quien mantiene vigente su presencia en la literatura y narrativa de corta palabraje en el Perú. En este libro aparecen los microrrelatos de Socorro Barrantes Zurita, Guillermo Bazán Becerra, Lúcido Boy Palacios, Carlos Cabrera Miranda, Carlos Campos Vásquez, Juana Cusma Cabanillas, Teofilo Fustamante Gálvez, Antonio Goycochea Cruzado, William Guillén Padilla, Sara Gutiérrez Sisniegas, Walter Alex Huamán Saavedra, César Mejía Lozano, Amilcar Mestanza Bustamante, Wellinton Montalvo Salazar, Nimia Luz Morales, Blasco Núñez Carranza, Ricardo Quiroz Mejía, Britaldo Tirado Medina, Rosa Zoila Silva Latorre, Manolo Torres Marín, Guillermo Torres Ruiz, Rony Vásquez Guevara, Fernando Vera Vásquez, Herliter Vásquez Vásquez, Carlos Alberto Vigil Vásquez, Estuardo Villanueva Díaz, Eber Zárate Bustamante, y Carlos Zelada Calderón. Asimismo, Submarino Ediciones publicó Outside. Poemas microrrelatos latinoamericanos (2017), editado en cuatro minúsculos volúmenes a manera de folletines, donde aparecen los microrrelatos de la peruana Diana Luque, y otros escritores de Latinoamérica.
Asimismo, las revistas que dedican un espacio a la minificción también gozaron de buena presencia, pues aparecieron los tres primeros números de la revista digital El círculo. Micro-publicaciones de poesía y microrrelatos latinoamericanos, editado por Submarino Ediciones. En esa dirección se publicó la novena edición de Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana, bajo la dirección de Rony Vásquez Guevara y edición de Dany Doria Rodas, en dos volúmenes, con un dossier especializado en la minificción venezolana a cargo de la investigadora Geraudí González; y, en diciembre, celebró su décimo aniversario con la publicación de sus tres volúmenes, dedicados a la minificción mexicana en homenaje a los cien años publicación de Ensayos y poemas (1917) de Julio Torri, contando como editores invitados a los investigadores, críticos y escritores mexicanos Javier Perucho, Gloria Ramírez y Laura Elisa Vizcaíno.
La presencia de narradores peruanos en antologías de minificción a nivel internacional también demuestra el buen momento de nuestra producción narrativa brevísima. Entre las principales antologías tenemos a la antología digital de microrrelatos Dispara usted o disparo yo (2017), publicada por Brevilla. Revista digital de minificción, cuya edición estuvo a cargo de Lilian Elphick, quien contó como compiladores a Patricia Nasello (Argentina), José Manuel Ortiz (México), Melanie Márquez A. (Estados Unidos), Geraudí González (Venezuela), Sergio Astorga (Portugal y Brasil), Jorge Etcheverry (Canadá), Solange Rodríguez P. (Ecuador), Alberto Sánchez Argüello (Nicaragua), Lilian Elphick (Chile / otros países), Pablo A. García M. (España), y Alberto Benza (Perú); en esta antología se compilaron los microrrelatos de los peruanos Patricia I. Colchado, Maritza Iriarte y Carlos E. Saldívar. Asimismo, se publicó la Antología iberoamericana de microcuento(2017), compilado por el escritor boliviano Homero Carvalho, donde aparecen textos de Gregory Pek Bardales Pereyra, Ricardo Sumalavia, Rony Vásquez Guevara y Martín Zúñiga Chávez.
Desde una perspectiva editorial, Micrópolis de Alberto Benza González apostó este año por la publicación de textos extranjeros: Escritos entre mate y mate. Antología de microrrelatistas argentinas de Claudia Cortalezzi, Las musas perpetúan lo efímero. Antología de microrrelatistas mexicanas de Gloria Ramírez Fermín, y el segundo debut del joven narrador argentino Eduardo E. Vardé con Felicidonia. No cabe duda que la apuesta de esta editorial peruana resulta promisoria, pues nos permite apreciar parte de la micronarrativa escrita por mujeres -además el existente y vigente proyecto literario Basta!, liderado por la activista y escritora chilena Pía Barros-, y al apostar por la narrativa de Vardé, cuyo libro ya nos permite garantizar la vigencia y el constante buen momento de la microficción argentina.
3.- Presencia de miniaturistas peruanos en el extranjero
Sin duda alguna, el embajador de la minificción peruana es Alberto Benza González, quien el 2017 nos representó en diversos congresos y ferias literarias donde la minificción tuvo un espacio considerable. Así, su participación se inició en mayo durante la celebración de la IX Jornada de Microficción, desarrollada en el marco de la 43° Feria Internacional de Libro de Buenos Aires (FILBA – Argentina); meses después, en setiembre, nuevamente Argentina cobijó a Benza González y Ana María Intili en el Congreso Nacional de Literatura Dr. David Lagmanovich, celebrado en Tucumán, donde se rindió homenaje a uno de los investigadores y promotores más precisos de la minificción.
Posteriormente, en octubre, México recibió a nuestros narradores Alberto Benza, César Klauer y Rony Vásquez Guevara como representante de la delegación peruana que participó en el II Encuentro Iberoamericano de Minificción “Juan José Arreola”, celebrado en el marco de la XVII Feria Internacional del Libro del Zócalo, cuyo premio fue concedido al afamado escritor argentino Raúl Brasca.
Y, casi finalizando el año, en noviembre, nuestro escritor cajamarquino William Guillén Padilla, también embajador de la minificción peruana, participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, considerada una de las más importantes a nivel mundial, y en la Feria Universitaria de Libro de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
De esta manera, estos eventos y la presencia de peruanos en el extranjero nos permiten acreditar que las resonancias del miniboom de la minificción peruana de 2015 aún se mantienen vigentes y con un futuro productivo.
Sobre los concursos de minificción en la narrativa peruana
Al parecer la constancia de los concursos de minificción que reaparecieron en la narrativa peruana en 2016 nos augura su presencia, desde esta vertiente, en nuestro panorama literario.
Así, principalmente se celebraron el Concurso de Microrrelato “Vamos a leer”, cuyo jurado de lujo estuvo integrado por la escritora argentina Ana María Shua y el narrador peruano Fernando Iwasaki, y fue organizado por la Pontifica Universidad Católica del Perú y dirigido exclusivamente a sus estudiantes; el ganador fue Junnior Condori Hanmpa con el texto “A las 8 en punto es el fin del mundo” y los lugares siguientes lo ocuparon Alejandra Villarreal Pazos con “Telepatía” y Diego Marcello Quispe Coronado con “Bestia”. Al respecto, si bien los textos ganadores se enmarcan en la temática urbana, sin embargo, consideramos que el texto ganador debió ser “Telepatía” debido al cuidado del lenguaje y a aquel final sorpresivo que no aparece para encontrar un final rápido, sino para concluir el universo narrativo que se nos presenta.
La segunda edición del Concurso de Microrrelatos Historias Mínimas, organizada por el diario El Comercio y la Fundación BBVA Continental, cuyo jurado estuvo integrado por los escritores Katya Adaui, Alejandro Neyra, José Carlos Yrigoyen, Carlo Reyes y Jaime Bedoya, dieron como ganador al escritor piurano Antonio Zeta Rivas por su texto “El explorador”, y como segundo y tercer lugar a los escritores Rodolfo Ccahuana Capcha (“El informante”) y Daniel Ramos Ramella (“[Sentado al borde de la hoguera,…]”), indicando como finalistas a Berry Arcentales (“El caballero oscuro asciende”), Arnold Yépez (“Problema en el paraíso”), Mercedes Loayza (“La vida es excavación”), Maritza Iriarte (“El duelo”), y Jhonatan Muñoz Zárate (“Hijo de la noche”). Al respecto, corresponde precisar que a diferencia de los ganadores de la primera edición de este concurso, este año los textos son mejores en calidad e inventiva, precisándose que sin duda alguna este jurado tuvo una ardua tarea para elegir a los ganadores. Desde esta tribuna consideramos que el concurso debió compartir el primer lugar o ser ganado por “El duelo” de Maritza Iriarte, por su ingenio narrativo y destreza en el uso de las palabras.
Se celebró también el II Concurso de Microrrelatos Bibliotecuento, organizado por la Casa de la Literatura Peruana, cuyo jurado estuvo integrado por Ricardo Sumalavia, Christian Solano, Ana Luisa Soriano, Rebeca Ubrina, Javier de Taboada, Sandro Chiri y Antonio Chumbile, resultando ganador Pablo Ignacio Chacón Blacker con su texto “Confesión” y como segundo lugar Alejandro Estrada Mesinas con su microrrelato “Modernidades”, siendo menciones honrosas Ronald Edgar Calderón Huanacuni con su texto “Un libro rojo”, Pedro Daniel Gutiérrez Ventocilla con “La cena” y el reconocido miniaturista trujillano Ricardo Calderón Inca con “Todavía estaba allí”. Al respecto, es necesario señalar que la presencia de Sumalavia y Solano en el jurado del concurso constituye una garantía de los resultados, pues han escrito libros de minificción y son conocedores de las estrategias narrativas de esta modalidad textual; no obstante, aún no se conocen los textos, circunstancia que permitiría realizar una evaluación de los textos ganadores y finalistas.
Una adenda a las resonancias del miniboom de la minificción (2016) y unas caprichosas pero necesarias correcciones
En toda antología literaria y todo recuento, suelen omitirse -por equivocación o voluntad- la mención a algunos textos y/o actividades; sin embargo, hacemos mea culpapues en nuestro recuento literario del año anterior (2016) se nos escapó el registro de los siguientes libros: Incacuentos (2016) y 118 relatos químicamente desconocidos (2016) del ilimitado e incansable narrador cajamarquino William Guillén Padilla, Canciones de cuna(2016) de Darwin Bedoya, y El libro de nuestros nombres (2016) de Walter Bedregal Paz. Asimismo, resulta necesario destacar la aparición de la colección de microrrelatos El Lavapiés de la hormiga del Grupo Editorial Hijos de la lluvia, quienes desde Puno vienen difundiendo la minificción en nuestra narrativa. Al respecto, consignamos esta brevísima pero indispensable adenda estrictamente con el afán de presentar un panorama completo -o lo más completo posible- de la minificción peruana contemporánea.
Además, resulta necesario hacer hincapié en un capricho crítico, acaso intrascendente pero rigurosamente necesario. Hace algunos días se publicó un recuento literario en la revista Caretas donde se consignaba, en la sección dedicada al microrrelato, a los libros Canciones de cuna (2016) de Darwin Bedoya, y El libro de nuestros nombres (2016) de Walter Bedregal Paz, como libros publicados el año 2017; no obstante, como ya lo anotamos, estos libros fueron publicados en 2016 y presentados en la III Feria Internacional de Libro de Cusco. Sirva o no esta corrección, consideramos que resulta imprescindible para el conocimiento actual de la minificción en el Perú y en el mundo.
Consideraciones finales
Agradecemos a los editores y escritores que atendieron nuestras llamadas, muy apresuradas y exigentes, para que este servidor pueda conseguir los libros publicados y reseñados en esta oportunidad. No obstante, ello no vincula a la valoración aquí presentada, porque esta brevísima investigación no fue subvencionada por persona alguna. Nuestro único propósito siempre ha sido presentar al público nacional e internacional el desarrollo de la narrativa brevísima peruana, demostrando la existencia de la tradición de este género en nuestra literatura, conforme ya señalamos y defendimos hace algunos años en Circo de pulgas. Minificción peruana. Estudio y antología (1900-2011)(2012), y seguimos detallándolo a través de los presente recuentos literarios anuales.
Fuente originaria: 

2016: RESONANCIAS DEL MINIBOOM DE LA MINIFICCIÓN PERUANA





Después del miniboom de la minificción peruana en 2015, el año 2016 trajo sorpresas no solo en nuestra narrativa brevísima, sino también en la minificción latinoamericana. Por un lado, se inmortalizaron los mexicanos René Avilés Fabila y Guillermo Samperio, audaces y consagrados miniaturistas de la palabra; y, por otro, se originaron diversos eventos cuyo objetivo fue rendir un merecido homenaje a la literatura de corto palabraje, con más de una centuria de existencia en nuestras lecturas.




Así, pese a que en Ecuador no se celebró el Festival Ciudad Mínima, en México se festejó el Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Zócalo, y en República Dominicana se creó el Pabellón de la Minificción, como parte de la Feria del Libro de Santo Domingo. Por su parte, en Buenos Aires (Argentina) se realizó la Celebración de la Brevedad en la Universidad Nacional de San Martín, mientras que en Lima (Perú) se celebró el Fair Saturday del Microrrelato en la Universidad de Piura, además de la Sexta Jornada Peruana de Minificción.
Además, el terreno académico inició este año con las jornadas de estudios tituladas «Historias mínimas: perspectivas literarias y didácticas del microrrelato», celebradas en la Universidad de Valladolid. Al otro lado del charco, en México, se realizó el II Coloquio de Minificción en la Universidad Nacional Autónoma de México; meses después, en julio, rumbo al sur, se desarrolló el IX Congreso Internacional de Minificción en la Universidad Nacional del Comahue (Argentina). De esta manera, este año continuó con una constante óptima en la difusión e investigación de la minificción en todo el mundo. 
Sin embargo, para nosotros lo importante fue la presencia de peruanos en algunos de estos eventos que acreditan el buen momento de esta modalidad textual en nuestra narrativa brevísima contemporánea. Para un adecuado balance de la minificción peruana en el 2016, consideramos necesario concentrarnos en tres situaciones: a) eventos literarios, b) libros publicados, y c) presencia de miniaturistas peruanos en el extranjero. Finalmente, presentaremos nuestros comentarios acerca de los concursos de minificción que se desarrollaron en nuestro país durante este año.

1. Eventos literarios
La narrativa peruana de pocas palabras fue homenajeada principalmente en tres ocasiones: a) Sexta Jornada Peruana de Minificción, celebrada en el marco de la Feria Internacional del libro; b) Fair Saturday del Microrrelato; y, c) los festivales y ferias literarias.
Previo a los citados eventos, el 2016 se inició con el homenaje a Juan Rivera Saavedra y la celebración de los cuarenta años de publicación de Cuentos sociales de ciencia ficción, uno de los más importantes libros de minificción en nuestra narrativa brevísima, donde además de la originalidad de sus historias, sobresale la crítica social que esconde cada minitexto. Este homenaje se realizó en el marco del Congreso Nacional de Escritores de Ciencia Ficción, presidido por el investigador Elton Honores, con la participación de Alberto Benza González y Rony Vásquez Guevara, quienes resaltaron las cualidades del trabajo literario de Rivera Saavedra, destacando su presencia en el panorama de la minificción peruana.
La Sexta Jornada Peruana de Minificción se celebró el 22 de julio, como una de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Lima, donde se realizó la segunda versión del carrusel de minificciones denominado «Minúsculos caballos» y los divanes de minificciones —participaron Carlos Amézaga, Manuel Araníbar, Ángel Málaga, Carlos Saldívar, Maritza Iriarte, Germán Atoche, Jomar Cristóbal y Lucho Zúñiga—. También se realizaron los conversatorios «El microrrelato caribeño», a cargo de Emilio del Carril (Puerto Rico), Pedro Antonio Valdez (República Dominicana) y Arnoldo Rosas (Venezuela), y «La minificción peruana en la actualidad», con las intervenciones de Óscar Gallegos y Rony Vásquez Guevara. Se presentó el libro Entre soles, lunas, amores y desamores de Emilio del Carril, con comentarios de Alberto Benza González y Rony Vásquez Guevara. Finalmente, se presentaron las ponencias «Introducción al microrrelato peruano: Luis Loayza, Juan Rivera Saavedra y Harry Belevan» de Elton Honores y «Balance de las antologías de minificción peruana» de Rony Vásquez Guevara.
Además, por vez primera, el Festival de la Palabra, organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el mes de octubre, incluyó en su programa un evento dedicado a la literatura breve titulado «Escritura de la urgencia: microrrelato y microteatro», donde los escritores de minificción Alberto Chimal y Ricardo Sumalavia compartieron sus experiencias narrativas, acompañados de Eduardo Adrianzén y Kareen Spano, creadores de piezas de microteatro, quienes también detallaron su labor en la dramaturgia.
Mientras en Buenos Aires festejaban la brevedad literaria los últimos días de noviembre, el 26 del referido mes, en Lima, bajo la dirección de César Klauer, Rony Vásquez Guevara y Alberto Benza González, se celebró el Fair Saturday del Microrrelato, donde además participaron Christiane Félip, Maritza Iriarte, German Atoche, Carolina Cisneros, Ana María Intili, Daniel Salvo, Alberto Scroth Prilika, Jorge Rivera, José Donayre, Dany Doria, Jomar Cristóbal, Carlos Enrique Saldívar, entre otros.
Asimismo, en el marco del evento Hay Festival de Arequipa, Ricardo Sumalavia dictó la conferencia «El mundo oriental en la minificción peruana» en la Universidad Nacional San Agustín. Además, en dicho evento se entregaron los premios a los ganadores del concurso «Historias mínimas» del diario El Comercio. 
En el marco de la Feria de Libro de Trujillo se celebró el conversatorio «Perspectivas sobre la microficción peruana: los nuevos dinosaurios», donde intervinieron Ricardo Calderón Inca, Gerson Ramírez y Rony Vásquez Guevara, quienes además de desarrollar un breve recorrido teórico de esta modalidad textual, también realizaron comentarios sobre la presencia de la minificción en la narrativa peruana y, específicamente, en La Libertad.

2. Libros publicados
El año comenzó con la publicación de Historias selladas de Aliza Yanes, un conjunto de siete microrrelatos, en formato artesanal, a la manera de libro objeto, que permite incluir a su autora en el panorama actual de la minificción peruana.
Días después, se publicó la octava edición de Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana, en marzo, continuando su imparable difusión de la minificción peruana e internacional en sus páginas. Al unísono se presentó Enciclopedia plástica de Ricardo Sumalavia, su segundo libro de minificciones, que además fue el premio Fundación para la Literatura Peruana de 2015. Este libro ha tenido diversas presentaciones en ferias nacionales e internacionales, y probablemente sea el libro que más presentaciones ha tenido. Cabe resaltar el manejo de la prosa de su autor en cada uno de sus textos, sobresaliendo el conjunto de microrrelatos seriales denominado «Los otros ojos de la música», donde narra pasajes de la vida de Carmen y Ricardo, protagonistas de esta sección.
Posteriormente, se publicó Diez por diez. Antología de microrrelatos peruanos de Miguel Ángel Vallejo, cuya presentación se realizó el 24 de junio en la Feria de Libro de San Borja, con los comentarios de José Donayre, Óscar Gallegos y Rony Vásquez Guevara. Este libro recopila las voces mínimas de Ricardo Ayllón, Willy Del Pozo, Ricardo Calderón Inca, José Donayre, Óscar Gallegos, Ricardo Sumalavia, Félix Terrones, Alejandro Susti y Rodrigo Maury, siendo resaltante el rescate de los textos de los dos últimos. Sin embargo, pese al impecable trabajo de selección, resulta alarmante la descuidada «Breve presentación» de su compilador, quien confunde y concibe un artículo de David Roas como si fuera un libro, así como indicar que los textos recopilados son «microrrelatos breves entre los breves» (p. 10), además de comprender que «las parábolas cristianas, los epitafios grecolatinos o los refranes de la Edad Media (p. 9) son microrrelatos»; errores que, sin duda alguna, restan al rescatable trabajo de selección textual y develan a un lector desconocedor de la teoría y tradición de la minificción.
Asimismo, en julio, durante la Feria Internacional del Libro de Lima, se presentaron Bioficciones de Benjamín Abram, libro que contiene algunas minificciones cuyos protagonistas son personajes históricos o que pertenecen al conocimiento popular; y 69. Antología de microrrelatos eróticos de Carolina Cisneros y Alberto Benza González, dividido en dos tomos correspondientes a minificción escrita por mujeres y hombres, respectivamente, y cuya presentación estuvo a cargo de Óscar Gallegos y Rony Vásquez Guevara.
En setiembre, en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, se presentó nuevamente 69. Antología de microrrelatos eróticos de Carolina Cisneros y Alberto Benza González, y la micronovela Sarah Ellen de Alberto Benza González, donde se narra los orígenes y vida de su protagonista, reescribiendo la leyenda popular de esta vampiresa arraigada en el sur peruano.
Además, también se publicó la micronovela El amor encendió la pradera de Ana María Intili, que reescribe la historia del popular cuento de la caperucita roja. Asimismo, también se publicó Sueños de un índigo de Jomar Cristóbal, su segunda producción literaria después de la micronovela El dos veces nacido (2011).
Como se puede apreciar, la presencia de la micronovela en nuestro escenario literario se ha incrementado, tanto con las publicaciones de Intili y Benza, así como con la presentación de la segunda micronovela de la chilena Aguilera y los estudios de Vásquez Guevara sobre esta modalidad textual en la narrativa latinoamericana —conforme se verá más adelante—. Al respecto, resulta necesario destacar Sarah Ellen de Benza González, donde su narrador trabaja cada capítulo (minificción) en relación a la línea novelesca que ofrece el libro, siendo el único narrador que este año reitera su lugar en el canon de la minificción peruana.
Asimismo, en este mismo mes se publicó UniVersos del escritor cajamarquino Lúcido Enrique Boy Palacios, un conjunto de microrrelatos de carácter social, donde, sirviéndose de la elipsis y referentes actuales, su autor cuestiona nuestra realidad política y social, incluso en aquellos textos que abordan la ciencia ficción.
En octubre, en el marco del Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción, celebrado en la Feria Internacional del Libro del Zócalo, se presentó El último dinosaurio vivo. Antología personal de Rony Vásquez Guevara, donde se compila toda su minificción escrita hasta la actualidad. Este autor también publicó en Chile Cuadernos de apuntes: tuiteratura (Ediciones Sherezade), donde realiza un breve análisis de esta modalidad textual de la minificción y señala algunos consejos para convertirse en un narrador de tuits.
Posteriormente, en el marco del III Congreso Internacional de Narrativa Fantástica, celebrado en la Casa de la Literatura Peruana, se presentó Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano de Javier Perucho, antología que rescata la presencia de sirenas en la minificción mexicana. Los comentarios estuvieron a cargo de Alberto Benza González, director de Editorial Micrópolis.
Asimismo, en el marco de la Feria Internacional del Libro Ricardo Palma, se presentaron la micronovela Guerrero de Dios de la escritora chilena Gabriela Aguilera, cuya presentación estuvo a cargo de Alberto Benza González y Ricardo Sumalavia, y Aspavientos de Alejandro Susti, cuyos comentarios fueron expuestos por José Donayre y Alonso Rabí. Esta opera prima de Susti en la minificción resulta interesante por el cuidado de su prosa y el ingenio de sus historias, advirtiendo que este libro (dividido en tres tomos) nos presenta a un serio cultivador de historias, de quien ya esperamos —ansiosamente— su próximo libro de narrativa brevísima.
Casi al finalizar el 2016 se publicó Enanos que pueden crecer de Carlos Meneses, reconocido escritor peruano que reside en España, quien, después de iniciarse en la minficción con Un café en la luna, sorprende con esta nueva entrega, donde el cuidado de palabras y el ingenio narrativo sobresale en cada texto, además de otras características y cualidades retóricas que, sin duda alguna, lo consagran como el mejor libro del año en la minificción peruana.
Por último, y no por ello menos importante, resulta necesario resaltar el trabajo de Editorial Micrópolis, que también apostó por las brevedades narrativas de narradores extranjeros, entregándonos Conversación con las máscaras de Luisa Valenzuela, No ser o ser. Antología personal de Claudia Cortalezzi, El problema de la canilla que gotea de Sandro Centurión, Transego de Alejandro Bentivoglio, Fábulas, fantasmas y fotocopiadoras. Antología personal de Fabián Vique, Las narraciones alternas de Esteban Dublín, Irresponsables de Leandro Hidalgo, Anteología personal de Juan Romagnoli, Aderezos para un tentempié de Martín Gardella, la antología de minificción Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano de Javier Perucho, y los ensayos de la especialista venezolana Violeta Rojo recopilados en Liberándose de la tiranía de los géneros y otros ensayos sobre minificción.

3.- Presencia de peruanos en el extranjero
En el plano académico, bajo la dirección de Lucila Herrera, el 17 y 18 de mayo se celebró el II Coloquio de Minificción en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde entre otros investigadores mexicanos, también participó el investigador peruano Rony Vásquez Guevara con la ponencia magistral titulada «La presencia de la micronovela en la literatura hispánica actual».
En julio, durante las fiestas patrias peruanas, se celebró en Neuquén (Patagonia, Argentina) el IX Congreso Internacional de Minificción en la Universidad del Comahue, donde por vez primera un grupo de peruanos se presentó para disertar sobre sus investigaciones y mostrar a la minificción peruana al mundo. El equipo peruano estuvo integrado por Carolina Cisneros, Alberto Benza González, Ary Malaver, Óscar Gallegos, Ricardo Sumalavia y Rony Vásquez Guevara.
En el terreno creativo, en setiembre, bajo el mando de Valentín Amaro y Pedro Antonio Valdez, se celebró la Feria del Libro de Santo Domingo (República Dominicana), creando el Pabellón del Microrrelato, donde microrrelatistas de Centroamérica y El Caribe leyeron sus creaciones. Además, cabe resaltar la presencia de Alberto Benza González, Carolina Cisneros y Miguel Ángel Vallejo en la tercera edición del evento «Minúsculos caballos», donde acompañados de otros miniaturistas leyeron sus creaciones brevísimas.
Semanas después, del 14 al 17 de octubre, contando con el especialista Javier Perucho como capitán del navío, se celebró el Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Zócalo. En este evento se otorgó el Premio Iberoamericano de Minificción «Juan José Arreola» a la escritora argentina Ana María Shua, en reconocimiento a su trayectoria como escritora y minicuentista, quien además presentó su libro Minificciones. Antología personal. En ese evento también participaron, además del investigador Lauro Zavala con su charla inaugural, diversos mexicanos microrrelatistas como Ethel Krauze, Queta Navagómez, Laura Elisa Vizcaíno, Adriana Azucena Rodríguez, José Manuel Ortiz, Javier Zúñiga, Juan Luis Nute, Luis Alberto Chávez, Marco Antonio Campos, Miguel Antonio Lupián Soto, David Baizabal, Gloria Ramírez Fermín, Juan Pablo Camarena, entre otros. Entre los invitados internacionales estuvieron presentes la colombiana Nana Rodríguez, la chilena Lilian Elphick, los españoles Ginés Cutillas y Manu Espada, los peruanos Alberto Benza González y Rony Vásquez Guevara, el nicaragüense Alberto Sánchez Argüello y los argentinos Ana María Shua y Raúl Brasca.
Los últimos días de noviembre, en Buenos Aires (Argentina), se realizó la denominada «Celebración de la Brevedad» en la Universidad Nacional de San Martín, donde se congregaron diversos escritores argentinos de minificción, contando con la presencia de los internacionales Diego Muñoz Valenzuela (Chile) y Alberto Benza González (Perú). En este evento, además de la presentación de libros, se realizaron carruseles de lectura y la dramatización de algunos textos brevísimos. Entre los escritores argentinos participaron Ana María Shua, Luisa Valenzuela, Sandra Bianchi, Laura Nicastro, Claudia Cortalezzi, Mónica Pano, Raúl Brasca, Martín Gardella, Fabián Vique, Eduardo Gotthelf, Antonio Cruz, Juan Romagnoli, Daniel Frini, Leandro Hidalgo, Esteban Moscarda, etc.

Comentarios sobre los recientes concursos de minificción
Los concursos de la narrativa de corto palabraje en el Perú no son recientes. El primero fue denominado «Primer Concurso Nacional de Cuento Breve, Brevísimo» convocado por El ñandú desplumado. Revista de Narrativa Breve en 1992; su jurado estuvo integrado por Pilar Dughi, Cronwell Jara, César Vega Herrera y Juan Benavente, quienes dieron como ganadores a los textos de Jorge Álvaro Santiago Flores, Carlos Rengifo Rivas y Ricardo Vírhuez Villafane, quienes posteriormente han continuado escribiendo minificciones.
Muchos años después, en 2010, la editorial peruana Pilpinta convocó al Primer Concurso Internacional de Cuento Breve «Jorge Salazar», que premió a un libro de microrrelatos, siendo su jurado Mercedes Gómez de la Cruz (Editorial Junco y Capulí, Argentina), Timo Berger (Festival Latinale de Literatura, Alemania), Jocelyn Pantoja de Luna (Editorial Literal, México), David Hidalgo (Revista Etiqueta Negra) y  Elma Murrugarra (Editorial Pilpinta, Perú). En este concurso resultó vencedor el escritor ecuatoriano Marcelo Báez Meza con su libro Bonsáis. Entre las menciones honrosas se ubicaron A la luz del relámpago de Andrés Portillo (España), Diez por cien (Colección de Drabbles) de César Klauer (Perú), Cuentos para gentes sin poderes de Tito Contreras (Colombia), El insecto rojo y compañía de Alberto Zelada (Perú), Lima-Iquitos-Lima de Juan Pablo Bustamante (Perú), y Zoo en diez de Alessia Di Paolo (Perú). Al respecto, corresponde indicar que Alberto Zelada y César Klauer siguen constantes en su creación mínima, pues publicaron sus libros Otoños de bolsillo (2011) y La eternidad del instante (2012), respectivamente.
Al año siguiente, en 2011, el suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo convocó al Primer Concurso Nacional de Microcuento «Solo 4», cuyo jurado estuvo integrado por Carlos Meneses, Ricardo Sumalavia y Rony Vásquez Guevara. En este evento resultaron ganadores Jovana Calderón Llacta, Marlon Caro Ojeda y Marco Alegre Palomino.
Además, desde 2014, el Festival de la Palabra, organizado por la PUCP, convoca a concursos de minificciones, siendo este año dedicado a microrrelatos en el formato de Twitter y texto de cincuenta palabras en Facebook. Sus ganadores fueron @luis_angel_2015 y Eduardo Javier Izaguirre Godoy, respectivamente. Aunque se desconoce su jurado, corresponde mencionar que los textos ganadores tienen calidad, advirtiéndose que su final irrumpe en la lectura, generando reflexiones en torno a la historia narrada.
Después de una larga ausencia de estos concursos en nuestro panorama literario, en octubre de este año la Casa de la Literatura Peruana lanzó su concurso de microrrelatos «Bibliotecuento», cuyo jurado estuvo formado por Javier de Taboada y Rebeca Urbina (representantes de la Casa de la Literatura Peruana), Lilian Maura (decana del Colegio de Bibliotecólogos del Perú), Ronald Callapiña (voluntario literario de la biblioteca Mario Vargas Llosa) y Dany Doria Rodas (representante de Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana). Sus ganadores fueron Luis Eduardo Vivero Peña (primer lugar) y Emilio Sánchez Lihon Mayorga (segundo lugar), quedando como finalistas Víctor Alejandro Silva Vázquez, Gerardo Figueroa Graziani y Ricardo Javier Calderón Inca, siendo este último uno de los más sobresalientes representantes de la minificción liberteña y del norte del país. Al respecto, resulta necesario indicar que la calidad de los microrrelatos ganadores y finalistas es, sin duda alguna, buena. En lo personal, los textos ganadores debieron ser «Metamorfosis en la biblioteca», «Gafas oscuras» y «Libéreme, por favor»; sin embargo, ello no desmerece el fallo del jurado, pues en los textos concursantes se percibe que sus autores se preocupan por construir, palabra a palabra, un universo mínimo y literario, soslayando el ingenio fugaz del final sorpresivo que constituye un demérito de la minificción en estos tiempos.
Casi al mismo tiempo, el diario El Comercio promovió el concurso de minificción «Historias mínimas», cuyo jurado estuvo integrado por Jaime Bedoya (editor de El Comercio), Carlos Reyes (gerente de la fundación BBVA) y los escritores Alonso Cueto, Renato Cisneros y Ricardo Sumalavia. Sus ganadores fueron Miguel Flores-Montúfar, Julio Martín Cáceres y Violeta Jurado Serpa. Después de la lectura de los ganadores y finalistas de este concurso, obviamente no existen mejores textos que lo dictaminado por su jurado; sin embargo, ello no implica que sean textos de calidad. El común denominador de los microrrelatos ganadores es el repetitivo final sorpresivo, característica que actualmente resta la calidad de cualquier texto brevísimo, pues se reduce a mero ingenio lingüístico, carente de todo trabajo literario. En cuanto a su jurado, es rescatable solamente la presencia de Ricardo Sumalavia, escritor de minificciones, cuyo libro Enciclopedia mínima (2004) es un clásico de nuestra narrativa brevísima; sin embargo, respecto a los demás, reservamos nuestros comentarios porque calificar una novela o cuento es diferente a analizar una minificción, como ya lo han señalado diversos maestros de la narrativa brevísima.
Brevísima y necesaria apostilla
Aunque aún son obscuros los estudios sobre esta modalidad textual brevísima que algunos denominan minificción, microrrelato, microcuento, microficción, minicuentos, textículos, entre otros, resulta necesario realizar algunas precisiones. Para algunos estudiosos de este género literario, la minificción contiene toda brevedad literaria, mientras que el microrrelato solamente aquellas que son narrativas. Para otros investigadores, la minificción es esencialmente narrativa y contiene diversas formas de representación, a partir de su estructura (clásica [minicuento], moderna [microrrelato] y posmoderna [minificción]). No obstante, pese a la existencia de esas líneas de investigación, sí existe un consenso en sus características: brevedad, narratividad y literariedad.
Confesiones finales
Consideramos necesario —y con su permiso aclarar— que para la elaboración del presente balance literario hemos investigado y recopilado información de los libros publicados y de la participación de peruanos en eventos de minificción, a nivel nacional e internacional. Así, no nos hemos limitado a esperar que los libros sean obsequiados por sus autores o editores para consignarlos y/o favorecerlos en este recuento; por el contrario, hemos visitado librerías, los hemos adquirido y leído, porque solo de esta manera se puede entregar un verdadero balance, soslayando al «amiguismo» que circunda en nuestra narrativa. Esperamos, pues, desde este extremo, salvaguardar y mantener incólume al microrrelato peruano de esta epidemia contemporánea.
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