domingo, 2 de agosto de 2009

Volver

Al cumplir sus cinco años, la madre sentenció:
— Llegó tu hora de conocer la familia.
Segundos después, a través del transportador ultrasónico, llegaron a su destino. La madre, frente a una pared color acero, presionó un botón; aparecieron las figuras de todos los familiares en hologramas que rodearon a los visitantes. La madre, señalando a cada uno de ellos, inmortalizados en hologramas electrónicos, presentó a su hijo.
Al finalizar la visita, el niño preguntó por su abuelo: había escuchado que los abuelos saben contar muchas historias. La abuela, desde el holograma, mirando a ambos:
— Volverá a nacer— dijo.